Empecé en KNF como montadora hace 17 años. Antes trabajaba en Rumanía para una empresa de ropa de origen alemán, como KNF. Cuando entré en KNF, acababa de llegar a Estados Unidos desde Rumanía. Muchas cosas eran nuevas para mí. No solo el país, también el tipo de trabajo y el idioma. Pero mis compañeros y supervisores de KNF me ayudaron a adaptarme.
Desde el principio recibí el apoyo que necesitaba para seguir progresando y creciendo a partir de mis puntos fuertes. En cuanto mejoré mi nivel de conversación en inglés, el trabajo me resultó muy sencillo y progresé bastante rápido. Cuando hube acumulado experiencia, me ascendieron a supervisora de pequeño montaje. Ahora soy responsable de planificar el inventario y gestionar el flujo de trabajo para que no haya retrasos en la entrega de los productos.
Aunque soy una persona ambiciosa, también fue importante que mis supervisores me animaran a asumir retos que por mí misma no habría asumido. La confianza que ha puesto KNF en mí me ha empujado a salir de mi zona de confort y me ha ayudado a seguir progresando en mi carrera. Hace unos años tuve que gestionar un proyecto para optimizar el flujo de trabajo en una isla de producción que se había convertido en un cuello de botella. Para ayudarme a llevar a mi equipo al éxito, KNF me dio un curso de liderazgo para directivos. Lo aprobé con honores y ahora dirijo un equipo de montaje de 30 personas.
Aunque mi trabajo es un desafío a distintos niveles, disfruto viniendo a trabajar cada día. Me ha dado la oportunidad de aprovechar mis puntos fuertes, comunicarme con personas diferentes de entornos diversos y enseñarlas a tener aún más éxito en su trabajo. KNF es una empresa creativa en la que tu trabajo está en constante evolución y ofrece muchísimas oportunidades. Aquí puedes ver cómo las ideas crecen hasta convertirse en algo real. Esto hace que el trabajo sea emocionante cada día.